Hoy lunes hemos recibido a nuevos estudiantes en nuestra escuela. A nuestra clase han llegado Helmut, un alemán de unos 60 años que ha venido en caravana con su mujer para aprender inglés, y Lucy, que llega desde Francia.
Después de las clases nos hemos acercado a un lugar de cuento, Shell Grotto, una gruta formada por millones de conchas marinas. Es un espacio misterioso en Margate, nadie sabe a cuándo se remonta la fundación ni nada se sabe acerca de su autor ni del motivo, lo que añade a esta cueva ese bello aura que rodea lo desconocido y que nos invita a teorizar e imaginar historias acerca de ellas. Nada más y nada menos que alrededor de 4.500.000 de conchas formando poliédricos dibujos y lienzos, descubierto por un vecino quien, en plena construcción de un estanque de patos, clavó su pala en la tierra y contempló atónico cómo la arena se la tragaba. Días después y lámpara en mano se dispuso a bajar y lo que descubrió fue todo un tesoro bajo la arena. La incapacidad de explicar su nacimiento da lugar a mil y una teorías, algunos expertos apuntan a la época de los fenicios, otros, a sectas paganas, incluso se baraja que fueran los caballeros templarios en el siglo XII. Sin duda, todos coinciden en que es un mágico templo de cuento.
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